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Por qué nos gusta tanto el estilo ‘Peaky Blinders’

La quinta temporada de ‘Peaky Blinders’ desembarca en Netflix con una bandada de fans ansiosos por descubrir las desventuras de Thomas Shelby y sus secuaces. La serie de Steven Knight no solo ha captado la atención de sus seguidores por su trama, sino por el estilo que se gasta esta banda de mafiosos de Birmingham (ahora en Londres) de principios del siglo XX.

Su sastrería impoluta –generalmente compuesta por trajes de tres piezas–, camisas de cuellos intercambiables y botas acordonadas ha trascendido la pantalla para llegar a las tiendas. El propio Knight se unió a la sastrería Garrison Tailors para crear la ropa que los Peaky boys llevarían hoy. La firma Kent & Curwen, de la que David Beckham es socio, ha dedicado una parte de su colección otoño / invierno 2019 a la banda de Shelby: en ‘By Order of the Peaky Blinders’ puedes encontrar abrigos hasta las rodillas, pañuelos para el cuello y pantalones tobilleros. Por si fuera poco, la colección de Margaret Howell está repleta de chaquetas de esmoquin, abrigos extra largos y camisas de cuello Mao (tal y como se quedarían las de cuello desmontable que utilizaban los hombres a principios del siglo XX). Y estos son solo algunos ejemplos, porque la opulencia de la sastrería de la mafia está presente desde hace algunas temporadas en la mayoría de colecciones internacionales. Pero, ¿por qué nos gusta tanto el estilo ‘Peaky Blinders’?Peaky Blinders

© Cortesía de BBC

Peaky Blinders

El gánster se diferencia del hombre bien vestido de principios del siglo pasado en pequeños detalles que son determinantes, y lo peor (o mejor) de todo es que las pasarelas recuperan en parte este espíritu para vestirlo cien años después.

El ocaso del streetwear y el inicio de la era de los hombres elegantes es una realidad. Poco a poco vamos abandonando el chándal para pasarnos al traje. Por tanto, se puede decir que estamos en los albores de una nueva etapa en la que se premiará a corto plazo la opulencia de un buen traje, de un abrigo bien cortado, del exceso de tejido frente a la relajación de una sudadera y un vaquero. Somos los nuevos mafiosos en lo que a estilo se refiere. La crisis manda y, ante ella, se lleva vestir elegante.

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Si atendemos rápidamente a la historia, la mayoría de líderes de estas mafias provenían de familias humildes y terminaron amasando grandes cantidades de dinero. Era el triunfo de las clases más bajas en una sociedad económicamente clasista, por lo que no había mejor manera de demostrar su (sucio) éxito que invirtiéndolo en pompa y aparato. Trajes con exceso de tela (cruzados o de tres piezas), chaquetas con hombros marcados y grandes solapas que demuestran que no escatiman en tejido, y, por supuesto, excesivos tejidos: rayas diplomáticaspríncipes de Galespatas de gallo o cuadros ventana.

Los protagonistas de ‘Peaky Blinders’ cumplen punto por punto la estética de esta época pasada instalada en nuestro imaginario, pero con una salvedad: la visten bajo los estándares británicos, no italianos. Así, sus trajes son de tres piezas, con solapa enjuta pero amplia y gustosos tweeds, lanas, príncipe de Gales y ojos de perdiz. Todo ello en una paleta de color que huye de las excentricidades blancas, púrpuras o lima de la era de Al Capone y se centra en el arco que va del tostado al azul marino.

Los abrigos Chesterfield (con solapa con muesca u opulenta punta de lanza) caen hasta la rodilla en sus colores más oscuros. Un clásico al que Shelby añade el detalle de un cuello en piel de astracán, por aquello de demostrar su poder a través de su armario, pero que en esencia son como los que tú llevas hoy o las pasarelas pasean en sus desfiles como si fueran lo más novedoso del mundo.

El estilo de ‘Peaky Blinders’ gusta por una sencilla razón: su estética es muy reconocible y en la línea temporal se encuentra en un tiempo en el que los hombres vestían bien por costumbre. Se tenían uno o dos trajes, pero impecablemente cortados y hechos a medida. Unos trajes que sentaron los ideales sartoriales con los que comulgamos hoy. Si a ello le unimos que todo está pasado por el tamiz británico, cuna de la alta sastrería clásica despojada de grandes locuras, tenemos como resultado un vestuario de un tiempo pasado que se ha convertido hoy en un básico al que siempre recurrir para acertar. Sus piezas –en conjunto y por separado– son tan vigentes hoy como lo eran en su tiempo. Por eso nos gusta y siempre nos gustará el estilo ‘Peaky Blinders’.

Fuente: www.revistagq.com

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